El gobernador José Alperovich está haciendo valer los millonarios aportes que hace con la plata de los tucumanos a la ineficiente (y a veces corrupta) dirigencia de Atlético y San Martín.
Como se sabe, el mandatario controla desde hace muchos años todo lo que ocurre en Atlético, a través de sus estrechos vínculos con los jefes de la barra brava, y del presidente Mario Leito, que en la práctica acciona como un gerenciador de la Casa de Gobierno en el club.
Después del último subsidio de tres millones de pesos autorizado por la escribanía legislativa a las dos entidades más populares, y aprovechando al rechazo que genera el clan Ale en el manejo de San Martín, el gobernador prepara otro zarpazo.
Especulando con un apellido de peso casi inigualable en el club, Alperovich apronta a su empleado-socio-funcionario Oscar Mirkin para apuntar a la presidencia de los "santos".
"Estoy dispuesto a formar parte de un equipo de trabajo que este integrado por personas honestas y con valores que esten dispuestas a sacar adelante el club en esta profunda crisis", señaló el secretario de Obras Públicas de la provincia, hijo del recordado ex presidente Natalio Mirkin.
"El jueves será un día clave en el club, ya que habrá una asamblea donde se presentará el balance anual y, como todo socio, estaremos atentos a lo que allí pueda ocurrir", anticipó Mirkin.
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