jueves, 16 de febrero de 2012

HISTORICO TRIUNFO DEL SANTO


Increíble pero real. En un partido para el infarto, donde hubo de todo, el Santo le ganó 2 a 0 a Juventud Antoniana y se transformó en el único líder de la Zona 1 del Torneo Argentino A. Los héroes: Beraldi, Núñez y López.
Pero seguramente todos los flashes son para el primero, Víctor, el pibe de Río Cuarto que hace poco perdió a su padre. A los 87′, cuando el Santo ganaba 1 a 0, tuvo que calzarse los guantes por la expulsión de Hoyos y tapó un penal clave en el éxito tucumano.
Antes de todo eso hubo un partido, donde ninguno de los dos mostró buen fútbol. El local estuvo mejor en los primeros 35′ de la etapa inicial pero no supo cómo lastimar al, por ese momento, seguro arquero Santo. Por su parte, el conjunto albirrojo mostró poca vocación ofensiva y por eso Monzón sacó a Lescano y puso a Núñez cuando promediaba esa etapa.Y se complicó la cosa minutos más tarde porque Emanuel Loeschbor metió el codo donde no lo tenía que meter y se fue a las duchas. Allí, el local se fue con todo al arco de Hoyos y el visitante lo buscó de contra. De tanto ir y venir, Antoniana tuvo la chance del empate cuando Hoyos no atrapó la pelota y convirtió un penal. Como ya tenía amarilla vio la roja y Beraldi, sin dudar, se calzó el buzo de arquero y los guantes. Emanuel Giménez disparó y la figura del chiquitín se agrandó para tapar la ejecución. Encima, después, salió a descolgar un centro como si midiese 1.90 metros de altura.Después volvió a meter las manos Beraldi en otro ataque salteño y el Santo tucumano aprovechó la última contra. Héctor López, de gran partido, la comandó y en los últimos metros le cedió la redonda a Diego Núñez. El “Nivi”, que completó el triángulo de figuras, la mandó a guardar y desató el delirio de los hinchas y jugadores Santos. Los simpatizantes salteños invadieron el campo y se terminó todo.
San Martín lo ganó con coraje, con corazón, con huevos, con todos esos ingredientes que tiene este deporte tan lindo. San Martín lo ganó a lo San Martín. Y seguramente este título será repetido en otros tantos comentarios. Porque no hay otro

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