viernes, 12 de agosto de 2011

ESTE PERSONAJE DE LA MAFIA, ES EL PRESIDENTE DE SAN MARTIN


“Ruben “chancha” Ale, el presidente del equipo San Martín de Tucumán manejaría una importante red de trata de blancas. Además, se sospecha que estaría detrás de un negocio millonario con los juegos de azar. La madre de Marita Verón dice que es el principal responsable de la desaparición de su hija. Antes de asumir el cargo de presidente del club, a mediados del año 2002, apretó sin miramientos a un viejo dirigente del club y hasta amenazó con instalar una ola de inseguridad en toda la Provincia en caso de perder aquella elección.
Según cuenta la leyenda, Rubén y su hermano Angel “el Mono” Ale se revelaron desde muy jóvenes como hombres de acción y, diestros con la pistola, comenzaron a forjarse su futuro como guardaespaldas de algunos políticos. Pronto dejaron el puesto familiar de frutas y verduras en el Mercado de Abasto para incursionar en el negocio de los juegos de azar, que por entonces no contaba con el visto bueno de la ley. Su fama de “pesados” hizo que pronto se convirtieran en referentes indiscutidos de la barra brava de San Martín.
Con paciencia de samurái y a medida que el tiempo fue purgando sus condenas, la fortuna tapando sus antecedentes policiales. Angel Ale logró ingresar en la comisión de fútbol de San Martín de Tucumán donde no tardaron en imponer sus reglas de juego. Según recuerda un ex dirigente allá por el año 2002, cuando el club había entrado en cesación de pagos, el entonces presidente, Juan Carlos Cáceres, apremiado por las deudas, recurre a ellos para que le presten dinero. Pero ante la imposibilidad de devolver la plata y frente al inminente llamado a concurso de acreedores, acepta que los Ale se incorporen a la institución bajo la figura de gerenciadora para solventar la actividad del fútbol profesional. A cambio, “el club firma un contrato absolutamente desventajoso, donde las ganancias se la llevaban los Ale y las pérdidas San Martín”, explicó el ex dirigente.
Cansado de las ambiciones desmedidas de los Ale, Juan Carlos Cáceres renuncia a la presidencia y junto con él se va gran parte de la comisión directiva, que no estaba dispuesta a tolerar las presiones de la gerenciadora.
Ante la acefalía reinante se convoca a elecciones donde Rubén logra adjudicarse la presidencia del club y su esposa, María Jesús Rivero, la vicepresidencia. “Para ganar esa elección, la Chancha apretó sin miramientos a un histórico dirigente, Oscar Mirkin, hijo del ex presidente Natalio Mirkin. No le importó su trayectoria ni su estrecha relación con el gobernador Alperovich, lo bajó de un sopapo. Incluso le advirtió al gobierno que no interfiriera porque si lo hacía una ola de inseguridad se instalaría en Tucumán”, dice un funcionario ligado al alperovichismo.
“Mientras estén los Ale, el club se va a manejar con aprietes”, sostiene uno de los fanáticos santos”.

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